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miércoles, 5 de febrero de 2014

Cuida tus pies, cuida tus zapatillas


Te ofrecemos cinco consejos para aumentar la vida de tus zapatillas y, de paso, evitar posibles lesiones y molestias.
De todo el material deportivo que un corredor de montaña acostumbra a llevar encima en un entrenamiento o competición, el más importante es el calzado. Un buen cuidado de las zapatillas no solo alarga la vida de éstas sino que, además, puede ayudar a prevenir molestias y lesiones. Te dejamos cinco consejos para cuidar tus zapatillas al tiempo que cuidas tus pies.

1. Las zapatillas de trail, para el monte
Del mismo modo que, por cuestiones de agarre y protección, las zapatillas asfalteras no son la mejor opción para la montaña, el calzado de trail no es una buena elección para utilizar en la ciudad: sus prestaciones no disminuyen, pero el desgaste de la suela es más que considerable, y más en modelos con un taqueado especialmente agresivo (del estilo de lasSpeedcross y Fellcross de Salomon o la Vertikal K de La Sportiva, por ejemplo).
Una suela en buenas condiciones es indispensable a la hora de lanzarse por terrenos técnicos, especialmente para evitar torceduras de tobillo y caídas innecesarias. Para ello, cuando te calces unas "traileras", evita aceras y asfalto siempre que puedas, y aprovecha terrenos blandos como tierra y hierba. Tus zapatillas (y tus articulaciones) lo agradecerán.

2. Vigila el upper
De poco sirve que utilices unas zapatillas impermeables si, cuando aparecen agujeros en el upper(la zona superior de la zapatilla que recubre el pie), sigues dándoles el mismo uso que el primer día. Un agujero en una zapatilla de asfalto es solo sinónimo de desgaste pero, en montaña, puede suponer un verdadero calvario: aparte de que el más mínimo charco o lluvia te dejará el pie empapado, las piedras o la arena entrarán como Pedro por su casa, con todas las molestias que pueden ocasionar. Si quieres saber cómo evitar agujeros en la zona del dedo gordo, en el siguiente punto tienes algunos consejos.

3. El encordado, ese gran desconocido
Pasos para atar las zapatillas utilizando el último agujero. Haz click para ampliar. Foto: Corredor de Montaña.Pasos para atar las zapatillas utilizando el último agujero. Foto: Corredor de Montaña.Además de sujetar y mantener estable el pie dentro de la zapatilla, el encordado puede servir para evitar diferentes molestias en los pies, como los hematomas en las uñas, e incluso la aparición de agujeros en elupper. Existen un montón de lazados diferentes que alivian la presión en puntos concretos del calzado, aminorando así el desgaste. En esta página (apartado "Functional considerations") puedes encontrar ejemplos de "lazos funcionales" para diferentes tipos de pie y práctica. 
Continuando con el encordado. ¿Conoces la utilidad del último agujero de las zapatillas? Míralas. Sí, hablamos de ese, el más cercano al tobillo, que permanece vacío por los siglos de los siglos. Se ata así:
1. Pasa el extremo del cordón del lado derecho por la parte exterior del agujero derecho.
2. Haz lo propio con el izquierdo. Deben quedar como si la zapatilla tuviera "alas"
3. Cruza los cordones por debajo del "ala" del lado opuesto.
4. Tensa los cordones
5. Realiza el nudo que realices normalmente.
El uso de este agujero evita el molesto desplazamiento de la lengüeta de la zapatilla y, además, ofrece una sujección extra en la zona del tobillo. ¡Pruébalo!


4. Mantén seco el interior
La humedad del interior de la zapatilla no solo puede ser molesta y, en caso de frío, provocarte un resfriado, sino que puede acabar provocando la aparición de hongosen los pies. Para mantener la zapatilla seca, especialmente si vas a utilizarla en días consecutivos, rellénala de papel de periódico y déjala en un lugar seco, pero alejado de fuentes de calor que puedan deformar la zapatilla.

5. Cambia de calzado a tiempo
Si has cuidado tu calzado, puede que su apariencia exterior siga intacta y que, sin embargo, la función amortiguadora de la zapatilla haya quedado limitada por el uso. Las zapatillas de entrenamiento suelen tener una vida de 800-1000 kilómetros, y es más que recomendable cambiarlas una vez alcanzada esa cifra para evitar posibles molestias o lesiones. Puedes ver otros síntomas que indiquen que ha llegado el momento de cambiar de zapatilla en nuestro artículo¿Cuánto duran unas zapatillas de trail running?



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