En la primera repetición de un entrenamiento de intervalos, tu respiración parece un motor de vapor y tus piernas te pesan, pero también sabes que en el segundo intervalo te sentirás un poco mejor. Cuando llegue el tercero ya te habrás acostumbrado al ritmo.
A esto se llama el efecto óptimo, cuando tu cuerpo se adapta a las demandas fisiológicas de correr fuerte, el esfuerzo parece menor. Aprende a optimizar tu cuerpodurante el calentamiento en vez de en la primera repetición y darás lo mejor de ti durante la sesión completa.
Cuando empiezas a correr rápido, automáticamente tus músculos empiezan a pedir más oxígeno. El resto de tu cuerpo responde con una respiración y un pulso más fuerte, los vasos sanguíneos se dilatan y los músculos sufren cambios metabólicos que aceleran la distribución de oxígeno.
Pero para el momento en que estos sistemas se ponen en funcionamiento, tus músculos sin oxígenos han empezado a tirar de las reservas de energía anaeróbica (es cuando tienes esa sensación de arenas movedizas).
Sin embargo, si incluyes unos minutos de carrera fuerte como parte de tu calentamiento, la distribución de oxígeno será más eficaz y darás tiempo a que las reservas de energía anaeróbica se recuperen antes de comenzar la carrera. En otras palabras, esta es la forma de librarte de esos primeros kilómetros desmoralizantes durante el calentamiento y no durante el entrenamiento.
Haz un esfuerzo
Para conseguir el efecto óptimo, tienes que superar el sistema del ácido láctico, que corresponde más o menos al ritmo de maratón, al menos durante unos minutos. El gran entrenador Jack Daniels, sugiere correr de dos a tres minutos a ritmo de 10K. El poseedor del record del 1500, Hicham El Guerrouj realiza varias repeticiones de 200m a un ritmo similar al de la carrera, trotando de vuelta a la línea de salida para recuperar.
Equipo RW
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