Desde siempre han existido trucos para remediar los efectos de los resfriados en nuestro organismo. Muchos son los remedios que existen y muchas las maneras de prepararlos. Todos ellos tienen un común denominador, acabar con los síntomas y el malestar que generan en nuestro organismo. Por ello en esta ocasión nos vamos a centrar en dos remedios sencillos, un jarabe de cebolla y una infusión de tomillo, miel y limón.
Jarabe de cebolla:
Para la preparación del jarabe de cebolla necesitaremos simplemente una cebolla y azúcar. La preparación de este jarabe es muy sencilla, ya que simplemente debemos cortar en pequeños trozos la cebolla previamente limpia de la piel y del cogollo. Esta cebolla cortada la trituraremos y machacaremos hasta que quede hecha una especie de masa o papilla sobre la que aplicaremos unas cuatro cucharadas soperas de azúcar.
El preparado que obtendremos lo dejaremos macerar unas cinco o seis horas a temperatura ambiente. El azúcar hará que la cebolla expulse todos los líquidos que contiene, dando como resultado una especie de líquido compacto que tomaremos con agua tres veces al día para conseguir que el dolor de garganta y la tos seca se acabe en poco tiempo y mejoremos nuestra salud significativamente.
Es importante que tengamos en cuenta que la cebolla tiene una serie de efectos medicinales, entre los que destacaremos el efecto expectorante y antiinflamatorio. Esto es lo que conseguirá que acabemos con la tos y sus efectos en nuestro organismo. Además, se trata de un preparado totalmente natural que pueden utilizar todo tipo de personas. Es cierto que cuando la afección es mayor que una simple tos, debemos acudir al médico para ponernos en tratamiento.
Infusión de tomillo, miel y limón:
El segundo remedio que recomendaremos es una infusión de tomillo con miel y limón. Su preparación es muy sencilla. Simplemente debemos conseguir tomillo en rama seco. El tomillo lo podemos recoger en el campo y ponerlo a secar boca abajo en casa. Pero si no tenemos esta posibilidad es mejor que acudamos a un herbolario y adquiramos tomillo seco listo para preparar en infusión y poder así ingerirlo.
La forma de prepararlo es sencilla, ya que simplemente debemos añadir dos cucharadas de tomillo en agua hirviendo. Eso sí, debemos colarlo después de mantenerlo unos cinco minutos reposando en infusión. Acto seguido le vamos a añadir una cucharada de miel y un poco de limón exprimido. La mezcla resultante será una suculenta infusión que nos ayudará a acabar con la irritación de garganta y el dolor de la misma.
Este efecto se debe a las propiedades antinflamatorias y expectorantes que posee el tomillo, así como el importante refuerzo que supone de las defensas del organismo. Junto a esto están la miel y el limón que poseen también una serie de efectos directos a la hora de acabar con las bacterias y microorganismos que provocan este tipo de infecciones.El segundo remedio que recomendaremos es una infusión de tomillo con miel y limón. Su preparación es muy sencilla. Simplemente debemos conseguir tomillo en rama seco. El tomillo lo podemos recoger en el campo y ponerlo a secar boca abajo en casa. Pero si no tenemos esta posibilidad es mejor que acudamos a un herbolario y adquiramos tomillo seco listo para preparar en infusión y poder así ingerirlo.
La forma de prepararlo es sencilla, ya que simplemente debemos añadir dos cucharadas de tomillo en agua hirviendo. Eso sí, debemos colarlo después de mantenerlo unos cinco minutos reposando en infusión. Acto seguido le vamos a añadir una cucharada de miel y un poco de limón exprimido. La mezcla resultante será una suculenta infusión que nos ayudará a acabar con la irritación de garganta y el dolor de la misma.
Este efecto se debe a las propiedades antiinflamatorias y expectorantes que posee el tomillo, así como el importante refuerzo que supone de las defensas del organismo. Junto a esto están la miel y el limón que poseen también una serie de efectos directos a la hora de acabar con las bacterias y microorganismos que provocan este tipo de infecciones.
Pero como hemos comentado en el consejo anterior, si la infección es fuerte es mejor acudir al médico, ya que este tipo de remedios son simplemente una ayuda para los síntomas leves.
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